¿Se puede meter la cerámica en el horno? Guía práctica y segura

 

Una de las dudas más habituales en la cocina es si la cerámica se puede meter en el horno sin riesgo de que se agriete o se estropee. La respuesta no es siempre la misma, ya que depende del tipo de cerámica, del esmalte, del grosor de la pieza y de cómo se utilice.

En este artículo te explicamos cómo identificar si una pieza de cerámica es apta para horno, qué tipos se comportan mejor con el calor y qué precauciones conviene tener en cuenta para evitar daños y alargar su vida útil.

¿Cómo saber si una pieza de cerámica es apta para horno?

No toda la cerámica está pensada para soportar altas temperaturas. Antes de introducir una pieza en el horno, conviene revisar algunos aspectos clave que te ayudarán a evitar roturas y usos inadecuados.

Mirar la base: iconos y marcas del fabricante

El primer paso es comprobar la base de la pieza. Muchos fabricantes indican mediante iconos o textos si la cerámica es apta para horno, microondas o lavavajillas. Si aparece el símbolo del horno o una referencia clara al uso térmico, la pieza está diseñada para soportarlo.

Si no hay ninguna indicación, es recomendable ser prudente y no asumir que puede utilizarse en el horno.

Tipo de cerámica y esmalte: no todas se comportan igual

No todas las piezas reaccionan igual al calor. Las que están pensadas para usarse en cocina suelen soportar mejor las altas temperaturas, mientras que las piezas decorativas o muy delicadas pueden estropearse al meterlas en el horno.

Si la pieza está diseñada solo para servir o decorar, el calor puede hacer que se agriete o pierda su acabado.

Grosor, grietas y golpes: señales de alarma

Antes de usar una pieza en el horno, revisa su estado general. Un grosor irregular, pequeñas grietas o golpes previos aumentan el riesgo de rotura cuando se expone al calor. Incluso una fisura mínima puede provocar que la pieza se parta durante la cocción.

Si la cerámica presenta daños visibles, es mejor reservarla para un uso decorativo o de mesa y evitar el horno.

Tipos de cerámica y su comportamiento en el horno

Muchas piezas pensadas para la cocina y la mesa, como las vajillas de cerámica, pueden utilizarse sin problema en el horno siempre que el fabricante lo indique y se respeten las temperaturas recomendadas.

Gres y cerámica resistente al calor: la opción más segura

Estos materiales son las opciones más fiables para el horno. Están pensados para soportar temperaturas altas de forma progresiva y un uso más exigente. Se utilizan habitualmente en fuentes, moldes y recipientes para cocinar y hornear.

Porcelana: elegante y, a menudo, apta para horno

La porcelana, además de su acabado fino y elegante, suele comportarse bien en el horno siempre que el fabricante lo indique. Es habitual encontrar fuentes y recipientes de porcelana aptos para cocinar, aunque conviene evitar cambios bruscos de temperatura.

Barro tradicional, loza y cerámica artesanal decorativa

Este tipo de piezas no siempre están preparadas para el horno. Muchas se han creado para servir o decorar, y el calor puede provocar grietas o roturas. En estos casos, es mejor utilizarlas solo en mesa.

Cerámica antiadherente y piezas específicas de cocina

Algunas piezas cuentan con recubrimientos especiales o están diseñadas exclusivamente para el horno. Siempre es importante seguir las indicaciones del fabricante y respetar las temperaturas recomendadas para evitar daños.

Temperatura, tiempo y choque térmico: el verdadero enemigo de la cerámica

Más allá del tipo de pieza, uno de los principales riesgos al usar cerámica en el horno es el choque térmico. Este se produce cuando la cerámica pasa bruscamente de una temperatura a otra, provocando tensiones internas que pueden hacer que se agriete o se rompa.

Introducir una pieza fría en un horno muy caliente, o sacarla del horno y colocarla directamente sobre una superficie fría, son situaciones habituales que aumentan este riesgo.

  • Colocar la cerámica en el horno cuando aún está frío o templado.
  • Evitar temperaturas extremas si no están indicadas por el fabricante.
  • Dejar que la pieza se enfríe de forma gradual tras sacarla del horno.

Estos pequeños gestos ayudan a proteger la cerámica y a alargar su vida útil.

Consejos de Ivanros para el cuidado y mantenimiento de la cerámica que usas en el horno

Desde nuestra experiencia trabajando con cerámica artesanal, sabemos que un buen uso marca la diferencia en la durabilidad de cada pieza.

  • Utiliza solo piezas diseñadas para cocina y evita aquellas pensadas únicamente para servir o decorar.
  • Introduce la cerámica en el horno cuando esté frío o a baja temperatura.
  • No coloques nunca una pieza caliente directamente sobre superficies frías o mojadas.
  • Evita golpes y revisa el estado de la cerámica antes de cada uso.
  • Tras el horneado, deja que la pieza se enfríe de manera natural antes de limpiarla.

Un cuidado adecuado es la mejor forma de alargar la vida útil de cualquier pieza de cerámica.

 

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